Mujercitas, novela que habría de darle celebridad a Louisa May Alcott, tuvo tal recibimiento favorable por parte del público que indujo a la autora a escribir la segunda parte: Más cosas de mujercitas. Alcott, preocupada por la educación de los niños y de los jóvenes, en sus relatos, historias sencillas que se desarrollan en el seno familiar, resalta la belleza de la virtud, del amor sincero y el respeto a los sentimientos y a la libertad de los demás. En Mujercitas, especialmente, los personajes están descritos con delicadeza y exactitud, y las numerosas aventuras de las protagonistas son narradas por Alcott con deleite, virtud fundamental de todo escritor genuino. Por esa razón, ambas novelas, incluidas en este volumen, conservan su frescura original y actualidad.