A través del condicionamiento y la socialización hemos llegado a creer que somos “malos, incorrectos e inadecuados”, y nos manejamos a través del auto odio como un mecanismo de supervivencia, buscando en el exterior el amor incondicional y la aceptación que creemos nos falta y que tampoco encontramos afuera.
Por esta insatisfacción llegamos, en muchos casos, al camino espiritual descubriendo que, al sentarnos a meditar, en quietud y atención. Poco a poco dejaremos de identificamos con los juicios, el odio y el castigo que nos impondremos y comienza el proceso para ver qué hay a través de la ilusión de separación y más allá del condicionamiento y así, regresar al origen, aquel en el que se encuentra en nosotros mismo, el amor, la aceptación y la compasión que siempre hemos buscado.
La autora nos presenta este libro de fácil lectura, con imágenes y explicaciones sencillas y muy contundentes, como una amorosa guía del trabajo personal a través de la práctica meditativa, que inevitablemente te llevara a descubrir que no hay nada malo contigo.