Soldado en la Revolución de Ayutla, en la guerra de Reforma y en la Intervención Francesa; miembro del parlamento; periodista; funcionario público y docente, Ignacio M. Altamirano además fue un hombre de letras: poesía, novela y crónica tuvieron en él a un representante notable. Altamirano toma de la realidad los elementos con que elabora sus obras; historia, paisajes, costumbres, recuerdos personales; y construye un mundo que permite la idealización amorosa, la utopía social o la lección moralizadora. El Zarco es un espejo de lo que fue México en un momento dado, refleja con elocuencia dónde está la verdad y dónde el error para encontrar el camino cierto que pueda llevar a la resurrección de la patria. En La Navidad en las montañas el autor evoca su pueblo, su familia, las costumbres de Navidad, y el sentimiento de piedad cristiana que él añora. Dentro del desarrollo de la historia, deja ver un programa social que busca la consolidación económica y la unidad política del país.