La fábula es una manifestación poética que viene de muy lejos. El número de los fabulistas -escaso en relación con la antigüedad de esta expresión literaria- se explica, sin duda. por la dificultad del género. Exige la fábula, no sólo calidades poéticas, sino también un grado de experiencia de la vida y de los hombres que ponga a quien la cultive en condiciones de aleccionar sobre el difícil arte de vivir honestamente. Es evidente que la conjunción entre la habilidad artística y la experiencia, se da en muy pocas personas. La fábula es una composición poética de contenido pedagógico. Es, precisamente ésta. no sólo la nota característica del género, sino su finalidad esencial. Durante siglos ha sido utilizada como un recurso destinado a la formación moral del niño, con una eficacia generalmente reconocida, pues es indudable que el niño se siente atraído por este género de lectura y que, por lo tanto, no existe ninguna razón ni motivo fundado que autorice o aconseje prescindir de ella, si bien la selección de los textos debe ser más cuidadosamente hecha de lo que lo ha sido en ocasiones. Una antología literaria es siempre una obra difícil de realizar, no obstante, su aparente sencillez; una antología de fábulas lo es mucho más, por los problemas que presenta. tanto desde el punto de vista literario como desde el punto de vista moral. Problemas ciertamente graves, en los cuales el error tiene. en todo Caso, una trascendencia extraordinaria. En esta antología se ofrece un manojo de producciones antiguas y modernas que pueden juzgarse aptas para cumplir satisfactoriamente no sólo con la finalidad pedagógico-moral al servicio de los niños, que tradicionalmente se ha atribuido a la fábula, sino también para solaz. edificación y remembranza de los grandes.