Jaime Balmes fue la figura más importante del siglo XIX español por la forma crítica y ecléctica en que abordó las problemáticas del imperio insular en crisis. En su corta vida realizó una sólida obra filosófica enraizada en sus estudios teológicos con la que pretendía, desde la razón, lanzarse en pos de la defensa del catolicismo, una tarea nada fácil en una Europa donde el protestantismo seguía ganando terreno. La filosofía de Balmes es una “filosofía del sentido común”. La verdad, desde su pensamiento, se divide en tres clases: la verdad subjetiva, la realidad que es para el sujeto; la racional, la verdad lógica y matemática; y la objetiva, aquella donde reside el sentido común como vehículo para alcanzar una certeza, incluso la demostración de la existencia de Dios. A partir de este entendimiento construye su lógica, su ética y su metafísica, que abarca la estética, la ideología pura, la filosofía del lenguaje, la psicología y la teodicea. Asimismo, desde esta postura racionalista, ofrece una revisión de la historia de la filosofía hasta su época.