Una reacción alérgica se puede producir por todo aquello que se come, se bebe o se toca. Pero, en la mayoría de los casos, sólo unas pocas sustancias son las verdaderas culpables de que la persona alérgica tenga que estar en constante alerta ante sus efectos: polen de flores, pelos de animales, frutas, leche, huevos y artículos de bisutería; éstos son los alergenos que con mayor frecuencia causan problemas en el sistema de defensa de nuestro organismo. Para toda persona alérgica interesada en mantener controlada su enfermedad, es importante conocer su alergeno. Este manual descubre los diferentes métodos utilizados para detectar las alergias, desde un asma hasta la alergia al níquel. Numerosos consejos prácticos y eficaces estrategias terapéuticas le ayudarán a mantener su calidad de vida, optimismo y actividad, a pesar de su alergia.