El M4 Sherman llegó a Egipto a tiempo para estrenarse en combate en la batalla de El Alamein, en octubre de 1942. Era un carro medio para cometidos generales, que no sólo se convirtió en el carro de combate norteamericano básico para el resto de la guerra, sino que también fue el más ampliamente utilizado a partir de entonces por el Ejército británico. Sin embargo, fue en Italia donde se empleó el Sherman durante más largo tiempo y de forma más variada por el Ejército británico, por no mencionar los de la Commonwealth y aliados, y a pesar del terreno en general inadecuado para la guerra acorazada, fue quizá la zona que ofreció a este carro la mejor oportunidad de demostrar sus diversas cualidades en muchos cometidos distintos. El armamento y la fiabilidad mecánica han sido los dos aspectos señalados casi invariablemente como dignos de encomio, corroborando muchos historiales de unidades y otros trabajos publicados sobre el tema, lo cual se confirma por la impresión causada en la amplia variedad de campañas en las que combatió el Sherman. En conjunto, este carro fue posiblemente el más útil empleado por el Ejército británico en la Segunda Guerra Mundial y, debido a su versatilidad y fiabilidad, demostró ser un vehículo acorazado de combate mejor que algunos de sus más formidables adversarios.