**Mis primeras 100 palabras: Mi mundo** es un maravilloso libro interactivo especialmente creado para que los niños de 3 años exploren el vocabulario esencial de su vida cotidiana de forma divertida y participativa. Con más de 100 palabras relacionadas con objetos, rutinas y conceptos de todos los días, este libro se convierte en un recurso ideal para acompañar a los pequeños en sus primeros pasos hacia el lenguaje y la comprensión del entorno que los rodea. En sus páginas, ilustraciones coloridas y llenas de encanto muestran elementos familiares como el cepillo de dientes, la ropa, la cuchara, el plato, la cama, los juguetes, el parque y muchos más, haciendo que los niños puedan identificar fácilmente lo que ven y relacionarlo con su propia experiencia diaria. Este enfoque cercano y realista les ayuda a construir su vocabulario de manera natural, conectando palabra e imagen de forma efectiva. Las ventanas desplegables añaden un elemento de sorpresa y exploración que cautiva a los pequeños lectores. Al levantar cada ventana, descubrirán nuevas palabras y divertidas ilustraciones ocultas, lo que despierta su curiosidad y fomenta el juego interactivo. Además, estas ventanas fortalecen la coordinación mano-ojo y estimulan la memoria visual, manteniendo su atención activa en todo momento. Las grandes áreas texturizadas también aportan un estímulo sensorial muy valioso, invitando a los niños a tocar, acariciar y sentir diferentes texturas mientras avanzan por el libro. Esta experiencia multisensorial refuerza el aprendizaje y hace que la lectura sea aún más atractiva y significativa para ellos. Con su formato resistente, páginas gruesas de cartón y esquinas redondeadas, **Mis primeras 100 palabras: Mi mundo** es perfecto para manos pequeñas y garantiza seguridad y durabilidad en cada uso. Además, promueve momentos de interacción familiar, invitando a padres, cuidadores y educadores a compartir preguntas, comentarios y juegos alrededor de las palabras que se van descubriendo juntos. En definitiva, este libro no solo amplía el vocabulario, sino que también potencia la observación, la curiosidad y la comprensión de la vida diaria, haciendo que aprender sea un juego lleno de sorpresas y alegría.