Al leer El origen de las especies nos sorprendemos de la frecuencia con la que Darwin trabajó integrando conjuntos de hechos y observaciones difíciles de comprender por los supuestos convencionales de su época, pero explicables a través de su preciso aparato conceptual. Su teoría es bella y grandiosa porque nos enseña mucho con poco. Todos los aspectos de la moderna biología evolutiva se pueden considerar como parte del programa de investigación iniciado con este volumen, sin duda, el proyecto sobre biología más importante jamás escrito. En suma, esta obra es una elaboración de amplitud y profundidad extraordinarias: es un clásico científico.